Cuando piensas en punto de cruz, quizás te vengan a la cabeza esos diseños ya preparados y que uno se limita a copiar sobre tela Aida (esa que tiene cuadraditos minúsculos, delimitados por agujeritos en cada esquina). No es la tela más adecuada para iniciar a niños y niñas en el punto de cruz. Por otro lado, el copiar diseños de otros, no les enseña a experimentar con esa técnica y a aprender a usarla expresando sus propias ideas que tienen valor.
Crear diseños propios de punto de cruz es extremadamente sencillo. En esta entrada, te quiero enseñar a adaptar esta actividad a niños y niñas, desde un enfoque de arte de proceso. Nos alejamos de la actividad de copia y ofreceremos la oportunidad de crear un diseño propio y único.
En nuestro estudio sobre África, mi pequeña de entonces 7 años, quiso bordar una jirafa a punto de cruz. No era la primera vez que creaba un diseño para bordarlo, así que sabía los pasos a seguir. Todo lo que hizo fue idea de ella y con un propósito concreto.

Primero, dibujó su diseño sobre una cuadrícula. Tuvo que tomar decisiones sobre colores. Eligió el hilo de bordar amarillo y marrón que más le gustaban. Luego decidió cómo representar los patrones de la piel de la jirafa, creando un diseño simétrico del cuerpo, con un patrón repetitivo. También tuvo que tener en cuenta las proporciones y los tamaños.
Una vez acabado el diseño, eligió el lugar de la tela donde empezar a bordar, teniendo en cuenta el número de puntos que tenía su diseño, para que quedara centrado en el trozo de tela que quería usar. La tela era más grande y quería crear dos cosas con ella. Usó una tela de cuadros que eligió antes de empezar su proyecto. Esta tela es perfecta para iniciar a niños y niñas al punto de cruz, ya que facilita el conteo de los puntos. Existen telas con cuadros de distintos tamaños y colores. Con las telas bordadas, se pueden crear un sinfín de proyectos. Esto te lo contaré en otra entrada.

Para realizar los puntos sobre la tela, tuvo que hacer movimientos precisos y repetitivos, perfeccionando su motricidad fina y su coordinación mano-ojo. Puedes ver el video del proceso AQUÍ.
La naturaleza repetitiva del punto de cruz, lo hace perfecto para calmar la mente, desarrollar la concentración y conectar con el momento presente, fomentando la conciencia plena. Una actividad donde se entremezclan el arte, la creatividad y las matemáticas.
¿Te imaginas las infinitas posibilidades creativas de esta técnica? ¿Te animas a probar?
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