Charlotte Mason

La pedagogía de Charlotte Mason centra las lecciones en las mañanas y da tiempo libre para el juego y el contacto con la naturaleza por las tardes. Durante ese tiempo, también plantea la realización de labores, arte y manualidades. Se enfatiza la adquisición de habilidades y destrezas a través de manualidades como cocinar, tejer, coser, bordar, trabajar la madera, el metal, la arcilla, etc. Las manualidades tienen que tener un propósito concreto. También es importante cuidar de un huerto o de un animal doméstico.

Las ciencias y la geografía se aprenden a través de experiencias concretas para que el niño pueda entender su relación con el mundo que le rodea. Es importante que los niños puedan hacerse preguntas y reflexionar sobre ellas. Uno de los puntos más importantes es que los niños tienen que pasar tiempo en contacto con la naturaleza, para aprender de ella. En la naturaleza, sugiere realizar ejercicios de observación y pedirle al niño que memorice partes de un paisaje o que describa lo que había visto encima de la colina. No es un tiempo de dar lecciones de naturaleza, sino de poder pararse a disfrutar de las pequeñas cosas. Aconseja visitar el mismo sitio de forma frecuente, para que se puedan observar los cambios de estación. El aprendizaje se realiza a través de los sentidos, incluyendo la observación de lo que nos rodea. También se incorpora un diario de naturaleza, donde se plasma lo observado. La experiencia siempre precede a la comprensión de los fenómenos que se observan. 

En matemáticas, Charlotte Mason abogaba por el uso de materiales manipulativos antes de enfrentarse a la abstracción de conceptos. También aconsejaba a los padres que sus hijos les vieran utilizando la aritmética en situaciones diarias como cocinando, creando patrones de ropa (midiendo y cortando la tela), haciendo jardinería (calculando los espacios disponibles), haciendo la compra (aprender a usar el dinero).